Continuando con los materiales de los fregaderos, los mismos deben ser de baja porosidad y
resistencia al uso e higiene. Además de los clásicos de acero inoxidable, otros materiales cumplen estos requisitos, como los fregaderos de gres (arcilla) esmaltado, los de piedra natural, sobre todo mármol y granito, y los derivados del cuarzo.
Los fregaderos de acero inoxidable, bien de una o dos cubetas, son los más comunes en las cocinas por su buena relación calidad-precio. Los grosores del acero son cada vez mayores y algunos fabricantes ofertan dos tipos de acabados: pulido y texturado. Los primeros suponen un lustre impermeable a las manchas de agua y restos de cal fruto de numerosas operaciones de pulido durante el proceso de producción. Los texturados, por su parte, tienen unos ligeros relieves en su superficie que proporcionan una apariencia diferente y disminuyen la visión del rallado, uno de los puntos débiles de este material. Los más modernos incluyen esmaltados en color. Por su parte, los fregaderos de gres aportan un ambiente rústico y son muy duraderos.
Los fregaderos de piedra natural, como mármol, garantizan una larga duración, pero a un precio elevado. Una buena alternativa son los materiales derivados de ellas, como es el caso de los fabricados con cuarzo. Fabricantes de materiales derivados del cuarzo natural han desarrollado fregaderos de una sola pieza que se integran en las mesadas. En ellos no solo se consiguen las ventajas de estos componentes, que aúnan las características de la piedra natural con las virtudes de los nuevos materiales (baja porosidad, resistencia y durabilidad y un elevado grado de higiene y desinfección en el caso de llevar incorporado un tratamiento anti bacteriano), sino que se evitan las juntas de este tipo de elementos.
LIMPIEZA Y DESINFECCIÓN. La limpieza y desinfección del fregadero depende del material
elegido. En los de acero inoxidable puede utilizarse un limpiador cremoso normal y un estropajo no metálico, ya que en caso contrario podría rallarlo, además de afear su aspecto, disminuir su durabilidad y crear focos de contaminación en las ralladuras. Se ha de secar con un paño una vez aclarado y retirar las bayetas y estropajos para evitar dejar marcas de agua y restos de cal. Si estas ya se han formado, debe tratarse primero con una solución de vinagre (al 25%) y dejar actuar unos minutos antes de enjuagar o aclarar.
Una de las ventajas de los fregaderos de cuarzo natural es lo fácil que resulta su mantenimiento y limpieza, ya que basta limpiarlo de forma habitual con un paño y un limpiador doméstico. Para limpiezas más profundas pueden utilizarse productos específicos para estos materiales (limpiadores de encimeras de aglomerado de cuarzo natural) o un limpiador en crema.
Debemos tener en cuenta que, junto con los baños, en la cocina hay zonas húmedas como el fregadero. En opinión de la profesora Isabel García Jalón, docente del departamento de Microbiología y Parasitología de la Facultad de Ciencias de la Universidad de Navarra, «se ha demostrado que la humedad es una buena aliada en el desarrollo de los microorganismos. Por ello, la limpieza de los espacios de trabajo, equipos y utensilios resulta fundamental porque en la suciedad es donde crecen las bacterias».
En lo relativo al mantenimiento general y para evitar atascos y tuberías lentas, no deben verterse por el fregadero restos de comidas, caldos o aceites. Debe utilizarse de forma periódica un limpiador de tuberías y seguir las indicaciones del fabricante. En el caso de un atasco, es recomendable actuar de forma inmediata e impedir que se estanque el agua con un producto más activo. Se ha de evitar también la obturación de los sumideros laterales antirrebosamiento por la acumulación de restos orgánicos o suciedad, así como el deterioro de tapones y cadenas de sujeción.
Debe prestarse especial atención a los accesorios de limpieza porque también necesitan mantenimiento. Se han de limpiar y desinfectar cepillos, bayetas y estropajos después de su uso y sustituirlos en caso de deterioro o manchas persistentes. La mayoría de las bayetas o rejillas pueden lavarse en la lavadora con agua caliente.
EN VACACIONES. Antes de cerrar la cocina por vacaciones es imprescindible limpiar y desinfectar el fregadero, retirar estropajos y bayetas húmedas. Es preferible dejar el tapón puesto, siempre y cuando el grifo no gotee, para evitar que entren malos olores por el sumidero, así como el acceso de posibles "intrusos" formadores de plagas. Cortar o no el agua depende más de la seguridad general de la casa que de la higiene. En cualquier caso, lo importante es que, al regresar, debe dejarse que corra durante unos minutos antes de utilizarla para renovar el agua que había quedado estancada en el sifón.
Mantener las superficies, utensilios y los alimentos libres de contaminación y saber manipularlos correctamente es muy importante a la hora de trabajar en la cocina, ya que sufrimos muchos riesgos de contraer enfermedades.
Por eso, vamos a darte algunos consejos para poder evitar esa situación:
- Recordemos que muchas veces las toxiinfecciones alimentarias se contraen aunque la comida no huela o no tenga un aspecto contaminado.
- Los alimentos que más fácilmente se contaminan son los huevos, la leche y los caldos.
- Por otro lado, los frutos secos o el pan tardan un poco más, según su almacenamiento.
- Los alimentos ya fermentados se conservan mejor. Con esto nos referimos a los yogures, mantequilla, queso curado o vino. Aunque, debes taparlos con una lámina de plástico, ya que es común que se contaminen en superficies con hongos.
- Al manipular los alimentos seamos muy cuidadosos, hagámoslo siempre con las manos bien lavadas, procuremos tapar correctamente todo lo que vamos a colocar en la nevera, inclusive el agua, y evita las comidas que adquieran olores extraños (ricas en grasas).
- Limpiemos las manchas que van generándose dentro del frigorífico cada vez que vamos a colocar las compras. Es más sencillo hacerlo cuando el frigorífico está un poco más vacío y siempre limpiar la manija antes y después de abrirlo.
- Es muy importante mantener el cubo de la basura limpio. Podemos colocar un diario en el fondo de este, por si la bolsa que colocamos tiene alguna pérdida y gotea. Cada vez que la cambiemos, limpiar con agua y jabón el cubo, enjuagar con solución de lejía (cloro) para que no se junten gérmenes. Evitemos los desbordes para evitar atraer plagas de roedores o de cucarachas.
Siguiendo estos pasos podemos tener una cocina más limpia y segura. (Continuará)
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